Entonces mi alma se
estremece
y al alzar mis ojos
pierdo
mi razón en tus lagos
verdes,
hallándome toda yo
donde antes nada
fuere.
Y despierto...mecida
en tus vaivenes,
viento huracanado
que se lleva mis
papeles
y desempolva los
sentidos
que dormidos
estuvieren.
Y construyo un puente
que curzas festejando
tu conquista de los
débiles.
Y me mientes
aun cuando ya no es
necesario
que no importa si
eres príncipe
o asqueroso sapo,
yo justifico
diligente
todos tus actos
malvados.
Y me acurruco
vacilante
entre tus muros
tenebrosos,
entre mis manos
sangrantes
hay trozos de espejos
rotos
donde la mirada me
devuelve
un yo defectuoso.
Y lloro amargamente
por lo que pudo haber
sido
y al final...no
fuere,
por mi valor perdido
y tus ciegos charcos
verdes.
Y dejo que la nada me
lleve
dormida con el son
de la nana de mis
leyes
"Nunca te
quieren tanto
como dicen que te
quieren"
No hay comentarios:
Publicar un comentario