Se despertó desconcertado aquella mañana, con la
sensación de que algo tan genuino como terrible iba a ocurrir. Se lavó con su
jabón de azahar, se vistió y salió del dormitorio sigilosamente para no remover
su ligero sueño. Hacía ya tiempo que había cambiado todo. Cada personaje hecho
de tinta en sus historias cobraba vida en cuanto ponía el punto final al
relato.
Sin perder de vista cada historia expuesta en las
estanterías, desayunó sin encender la luz para no molestarles. Se notaba en el
ambiente que algo iba a cambiar, habían
preparado algo durante la noche. De pronto, un torbellino de ideas se agolpó en
su mente y encendió el ordenador para añadir unos párrafos a su historia criogenizada
la noche anterior. Decían así:
" ...Él seguía trabajando sin advertir que, a
su espalda, sus subordinados habían preparado una alevosía..."
Unas sombras se acercaban amenazantes al escritor,
ya no se dejarían domar más...
"...En sigilo, sus sombras amenazaban contra su
vida, pero él seguía escribiendo ajeno a que se acercaban..."
Su fin estaba muy cerca, los personajes que él mismo
había creado se sublevaban, antiguos presos de relatos olvidados salían a la
luz.
"...Sin ruidos, le atacaron por la espalda. El
escritor cayó muerto a manos de su propia creación"
Las sombras regresaban a las sombras mientras, junto
a su último trabajo, yacía el cuerpo inerte del escritor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario