Lágrima, sal y se libre, inunda mis ojos, recorre mi rostro,
búscale y cuéntale qué te hizo salir de tu morada. Suspiro, vuela raudo, rodea
mis labios rompiendo su sello, flota en el viento hasta su oído y cuéntale qué
te hizo aumentar su frenesí. Alma, abandona mi cuerpo y visita sus sueños,
cuéntale que...por él muero. Hacedle entender que con cada día nuevo, el
amanecer es gris si él no está, que la luz me daña el rostro que él no quiere
besar, que la oscuridad atormenta mi existencia cada vez más amarga sin
su presencia. Pero decidle también que..sino hay luz en mi mente, yo misma haré
fuego, que si el Sol me quema la piel, yo misma buscaré la sombra; decidle que
sino quiere venir, estaré mejor sola. Seré amante de un lucero para que me de
su luz pura y transparente que curará las heridas de tus mentiras. Lloraré por
un amor vivo que me hará recordar que el nuestro ha muerto. Me erguiré
decidida a ser la reina del olvido y encerraré tu recuerdo en un cofre donde
nunca más podrá ser sufrido. Dadle también esta llave, la de su cofre
maldecido, y reíros al llamarle cobarde y contadle que a su doloroso recuerdo
por fin he vencido.
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