viernes, 13 de abril de 2018

Vida extraterrestre


Creer en la vida extraterrestre ha sido un hecho que ha pasado por múltiples situaciones sociales. Ha sido visto como herejía, se ha ridiculizado a quienes creían, fue una fiebre inspiradora en Hollywood, pasó por un escepticismo agudo y hoy en día científicos de todo el mundo, o simplemente gente con sentido común, abogan por la imposibilidad de que estemos solos en un universo cada vez más grande.
Con el avance de la tecnología se descubren nuevos mundos habitables cada día, la Tierra ha dejado de considerarse privilegiada y hemos dejado de buscar hombrecillos verdes, ahora nos conformamos con una bacteria, con un minúsculo agente de composición orgánica...o los restos de ellos.
Y es que debido a la comprensión de las grandes distancias y los límites de velocidad impuestos por la luz, ya ni siquiera buscamos compañeros coetáneos y se abren las apuestas a la existencia de vida (inteligente o no) pasada, muy anteriores a la Tierra; o futuras, aún por evolucionar.

Este campo abre otras cuestiones quizás ya de índole filosófica: ¿en qué momento un conjunto de átomos toma conciencia de sí mismo y pasa a ser un ser vivo? ¿Tiene la vida algún propósito?
Mi teoría:
¿Recordáis esas colonias de hormigas en una urna de cristal que solemos ver en la películas americanas? (Qué madre española que se precie permite eso en su casa)
Pues bien, la Tierra es, valga la redundancia, un terrario. No hablo de que nos crearan en probetas espaciales y nos dejasen en un Edén. Hablo de una civilización con la tecnología suficiente como para buscar planetas en condiciones de albergar vida (tal y como hacemos ahora nosotros), llegar hasta él, soltar la primera molécula orgánica y sentarse a observar la evolución, que se dio tal y como la ciencia nos cuenta ahora. Somos un experimento, la evolución de la vida en condiciones diferentes a las que dicha civilización conoce.
Mis razones son demasiadas coincidencias sospechosas, genéticas y culturales en lugares sin previo contacto. ¿Por qué en civilizaciones en todos los lugares del mundo hay dioses que viven en el cielo? ¿Por qué hay arquitectura tan similar en lugares que ni siquiera sabían la existencia el uno del otro? Arquitectura que en la mayoría de los casos no era la más práctica ni la mas sencilla de construir, contra toda lógica; o con disposiciones que sólo pueden ser apreciables desde las alturas? Yo creo que, como en todo experimento, se necesitaba de la observación y la toma de muestras, de ahí esos dioses que bajan de los cielos, o las almas que se van con ellos tras la muerte.

Pero a medida que nos desarrollamos, nos hemos vuelto peligrosos, el experimento ha roto sus parámetros de control y ahora puede volverse contra sus creadores, tiene la tecnología y los conocimientos para ello. De ahí que ya no haya dioses que nos visiten. Si nos siguen vigilando, los hemos forzado a ser más discretos. O quizas nos hayan abandonando para siempre. Como dijo Bill Watterson: 'A veces pienso que la prueba más fehaciente de que existe vida inteligente en el universo es que nadie ha intentado contactar con nosotros' 
Seguro que se me puede contradecir de mil maneras, pero yo por mi parte soy feliz pensando que soy la hormiga favorita de alguna niña extraterrestre, probablemente verde, con un único y gran ojo y antenitas que me da las buenas noches antes de irse a dormir con su pijama de ositos.

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